Por más fácil que pueda parecer, el cuidado de la piel es un tema complejo pero no imposible de entender y aprender. Estamos hablando del órgano más grande del cuerpo y el encargado de protegernos de diversos peligros.
Es por esto que debemos saber que tipo de piel tenemos para realizar el cuidado correcto.
No te preocupes, es común no conocer tu tipo de piel por falta de información, pero con esta guía te ayudamos! La primera pregunta que te harás es la siguiente:
¿Cómo puedo saber qué tipo de piel tengo?

Igual llamada piel eudérmica, es el tipo de piel más equilibrada, presenta una hidratación y oleosidad adecuadas. Posee un tono uniforme y una circulación óptima, además de ser poco propensa a reacciones alérgicas por productos de belleza y ser menos propensa a desarrollar acné.
Características:
- Firmeza con mínimas líneas finas.
- Los poros son pequeños.
- Tiene una capa de grasa que no llega a ser brillosa.

También llamada seborreica, debido a que alberga folículos sebáceos dilatados. Se caracteriza por contar con zonas irritadas por acné. Es un tipo de piel muy común, entre el 45% y 50% de adultos tienen este tipo de piel.
Características:
- Aspecto brillante.
- Por su producción excesiva de sebo genera espinillas, puntos negros y acné.
- Demora en mostrar rasgos de envejecimiento.

Tiene rasgos tirantes y ásperos por la poca producción de sebo, esto genera una falta de lípidos que por consecuencia retienen la humedad. Cuenta con descamaciones y líneas de expresión muy marcadas, es el tipo de piel más fácil de tratar.
Características:
- Es de textura áspera.
- Posee poros cerrados.
- Propensa a enrojecimientos e irritaciones.

Es un tipo de piel difícil de identificar por sus variados rasgos y características como piel seca y grasa en distintas áreas. Para poder identificar este tipo de piel es necesario observar la zona T. Si esta es grasa y el resto del rostro parece seco, entonces tienes una piel mixta.
Características:
- Zona T grasa
- Rasgos de piel seca y grasa
- Piel difícil de tratar

Tipo de piel con tendencia a ruborizarse y reaccionar rápidamente ante casi cualquier factor externo como interno. Esto suele ser consecuencia de varios factores, genéticos, alergias o efectos ambientales.
Características:
- Erupciones frecuentes.
- Reacción negativa a ciertos productos.
- Picazón, ardor y manchas.

Fácil de identificar, cuando existe una presencia de brotes que parece no mejorar con el tiempo. Puede estar en pieles sensibles y darse por factores como estrés, mala alimentación o cambios hormonales.
Características:
- Piel gruesa.
- Textura desigual y áspera.
- Propensa al enrojecimiento, presentar alta cantidad de espinillas y erupciones.
La descamación de la piel es el daño involuntario o la pérdida de la capa externa de la piel (epidermis). La descamación de la piel puede ser ocasionada por un daño directo en la piel, como una quemadura de sol o una infección.
¿Por qué se descama la piel de la cara?
Causas. Con frecuencia, la piel está expuesta a factores ambientales que pueden irritarla y dañarla. Entre ellos, se incluyen el sol, el viento, el calor, la sequedad y los niveles altos de humedad. La irritación reiterada puede provocar la descamación de la piel.